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sábado, 20 de agosto de 2016

Todo el bien divino irrigue tu vida.

Cuando tienes cerca de tí, esa persona, hombre o mujer, que causa esa emoción "como si se te fuera a salir el corazón" y no puedes sino callar la pureza de un sentimiento no correspondido, sucede algo maravilloso: ese corazón que solo sabe amar, lo único que puede hacer es enviar a esa persona un encargo de los mejores deseos que solo una persona muy amada puede inspirar en nosotros. Eso es amor genuino, que se alza sobre la mezquindad y agradece a Dios por el bien del ser amado. Quiero irrigar de todo bien divino ese ser que abrió las puertas del firmamento para mostrarme el rostro de Dios en la belleza de la pureza del amor, porque cuando amas a alguien, entoces el rostro de Dios baña tu corazón de la sangre divina del sentimiento más puro.

NAMASTÉ.
ANGEL PAZ.


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